El músculo cardíaco, al igual que el esquelético, es estriado y contiene sarcómeros que se acortan por deslizamiento de filamentos delgados y gruesos; sin embargo, mientras que el músculo esquelético requiere estimulación nerviosa para contraerse, el músculo cardíaco puede producir impulsos y contraerse de manera espontánea. Los músculos lisos carecen de sarcómeros, pero contienen actina y miosina que producen contracciones en respuesta a un mecanismo regulador singular. A diferencia del músculo esquelético, que son efectores voluntarios regulados por neuronas motoras somáticas, los músculos cardíaco y liso son efectores involuntarios regulados por neuronas motoras del sistema nervioso autónomo.
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